Introducción
Como mujeres, conocer nuestra identidad y nuestro valor nos posiciona en un lugar de seguridad. Desde el cual podemos fluir y ejercer nuestro papel como esposas. Nuestra fortaleza completamente se origina de caminar con Cristo en un yugo igual. Cristo dijo que si llevamos su yugo, y aprendemos de Él, nuestra alma hallará descanso, y es ahí donde nos fortalecemos.